Tal como Hamlet, es todo un drama tomar la decisión de pertenecer a algo que se considera tan ajeno, pues muchos pueden sentirse realmente agobiados, desamparados e ignorantes al momento de introducirse en las redes sociales: un territorio nuevo que están explorando, en el que de entrada nadie los
conoce, nadie les habla, no hablan el mismo idioma, tienen culturas distintas, costumbres y gustos diferentes, así como sucede al llegar a un país que no es el propio, en redes sociales se es un inmigrante digital.
Los nativos digitales homo sapiens digital son aquellas personas nacidas luego de la década de los 80, usuarios de cuna de la tecnología digital avanzada que hoy se conoce: dispositivos móviles, web, web 2.0, redes sociales… para ellos la conectividad es su forma de vida.
Quienes hasta ahora habían sido espectadores del fenómeno 2.0 entienden que si no se incorporan a la era digital, quedarán aislados del conocimiento y de la humanidad en sí, por eso deben tomar la decisión: ¿Ser o no ser inmigrante digital?.
Al principio de la era digital existían ciertas limitaciones técnicas, conectarse a una red requería de la capacidad del usuario de memorizar una serie de códigos para poder hacerlo, revisar un correo exigía realizar una cantidad de pasos específicos e inequívocos para ver el «INBOX», es decir, el correo de entrada. Para enviar una imagen desde una ciudad a otra a través del tono de un teléfono público en código binario, se necesitaba poseer una gran cantidad de monedas y la habilidad de introducirlas consecutivamente durante más de 10 minutos para no interrumpir la comunicación y lograr que la imagen fuese descodificada en el otro lado.
Estos detalles técnicos de la era digital hicieron que gran parte de los no nativos digitales solo vieran los toros desde la barrera y muchos se convirtieron en «el vecino de Gutembegr», pues preferían no preguntar antes que saber y aprender acerca de algo tan ruidoso que estaba cambiando al mundo.
Pero sucedió que la tecnología se volvió cada vez más amigable, sucedió que poco a poco se adaptó a las necesidades de los usuarios, a sus exigencias y a sus demandas, pero no fue rápido, pasaron más de 15 años entre el complicado tecnicismo y la accesibilidad amigable de hoy día.
Esos 15 años separaron por más de una generación al inmigrante digital del nativo digital. Quienes son nativos digitales están conectados siempre a través del 2.0, mientras que el inmigrante digital ha perdido el contacto con sus iguales, ya que algunos se mudaban de sitio o cambiaban de trabajo y simplemente no los volvían a ver ni a saber de ellos. Es así como el inmigrante digital poco a poco se fue quedando en grupos cada vez más pequeños, más aislados, en fin: menos conectados. Situación que no tienen los nativos digitales quienes viven conectados conociendo a detalle la vida de sus amigos, familiares o contactos profesionales.
Llegó la hora entonces, de que estos no nativos se conviertan en inmigrantes digitales llegando a la era digital desde un lugar distinto, para establecerse y convivir en ella y dejar de ser espectadores o convidados de piedra y comenzar a ayudar a Gutemberg a fundir cada tipo de plomo (cada red social) con la que se escribirá la nueva historia del mundo.
Bienvenidos inmigrantes, sean parte del mundo +2.0